Ustedes me
dicen, entonces, que tengo que perecer
como también las flores que cultivé perecerán.
¿De mi nombre nada quedará,
nadie mi fama recordará?
Pero los jardines que planté, son jóvenes y crecerán...
Las canciones que canté, ¡cantándose seguirán!
HUEXOTZÍNCATZIN
Príncipe de Texcoco, 1484
¿De mi nombre nada quedará,
nadie mi fama recordará?
Pero los jardines que planté, son jóvenes y crecerán...
Las canciones que canté, ¡cantándose seguirán!
HUEXOTZÍNCATZIN
Príncipe de Texcoco, 1484
NENE
Cada
vez que me sentaba frente a la computadora a escribir sobre mi hermano,
el creador principal del blog Arenas y
Rio Arenas, el dolor y la tristeza me
invadía. Era tan fuerte el
sentimiento, que las lágrimas brotaban de mis ojos, cuando tecleaba las
letras para comenzar esta apología dedicada a este gran hombre como lo fue
Carlos Leopoldo Palomo Gamarra, conocido como Nené. Hoy todavía, fresquito su recuerdo, no lo he superado. La imagen, este dibujo que encabeza el escrito, a el le encantaba. Y la frase del príncipe se la comunicó a una amistad, en el mes de diciembre , un mes antes de su partida, la copio cuando estuvo una vez por México.
Un
día Nené me propuso la creación de un blog.
La idea me fascinó, como otras veces que compartimos proyectos
filantrópicos y altruistas. El se las
ingenió para diseñar la página, asombrosamente sacando tiempo de su devoción
más importante, como lo fue su profesión
de traumatólogo; oficio al que se dedicó
dignamente parte de su vida, reconocido por la gente de nuestros
pueblos.
Mi
hermano logró diseñar la página, adornándola de fotos, frases, y una entrada
principal que dice muy bien de su
creatividad. La denominó: www.arenasyrioarenas.blogspot.com.
La parte que me tocaría a mí.- además de algunas sugerencias.- fue alimentarla
de anécdotas referidas a esos personajes
de nuestros pueblos que han sido
olvidados y otros que también merecen ser recordados.
Mi
compadre y hermano mayor Nene fue el
compañero de mi niñez, y parte de
nuestra adolescencia. Esta fase de nuestra vida en común, transcurrió entre
Caracas, España en una ciudad llamada Salamanca, Cúa Estado Miranda donde nací, y el resto en el valle de Montes, específicamente
en el pueblo de Arenas. De España, por la edad nos vienen muchos recuerdos
compartidos; que decir de nuestras vivencias en los pueblos de Arenas, Rio Arenas y Cumanacoa, con los amigos de
aquel ayer!.
Cuando niños,
a nuestra llegada a España, apenas
siendo unos bebes, otros niños de nuestra edad nos hicieron una rueda bailando y burlándose de nosotros, llamándonos indios.
Nené agarró una piedra, huyendo despavoridos
nuestros provocadores, lanzándola
con tal puntería a uno de ellos que le dio en pleno cráneo,
abriéndole una herida en la
cabeza y valiéndonos esta agresión,
nuestra primera y merecida pela
en territorio Europeo.
Allí,
en Salamanca, España, estudiamos hasta
segundo grado, a pesar de lo corto de
nuestra edad. Jhon, el tercero de los hermanos, era un recién nacido. Nene y yo vivimos y disfrutamos juntos, con
cierta conciencia, haber estado en una ciudad europea, gozar de las 4 estaciones y de amigos que
dejamos a nuestra partida para mas nunca regresar,… al menos juntos. El sí
estuvo por esas tierras nuevamente, al igual que William Siempre, nene y yo,
rememoramos y extrañamos por mucho
tiempo, esa vida de allá. En esas
edades, nuestro cerebro que es una esponja,
y es donde se define nuestro carácter y personalidad, nunca
olvidamos lo vivido en esa etapa.
Regresamos a Venezuela en un Buque llamado Begoña,
después que nuestro finado padre culminó los estudios de medicina. Había nacido
William, contando apenas meses de edad. Corría el año 1960.
En
dos momentos de la vida he sentido, como un aguijón en mi corazón, la ida de mi hermano Nene. Una de ellas fue
cuando se graduó de bachiller. Sabía que al irse a estudiar una carrera
universitaria a otro Estado lejano, algo de nuestra hermandad se perdería.
Conocería otro mundo, otra gente,… otra idiosincrasia.
Pensé
incluso, con el tiempo, y dada sus visitas de médico, cuando regresaba y tenía
que retornar a los estudios, que algún día cuando culminara, se quedaría, pero
no fue así, y bueno, gracias doy a fin de cuentas que se decidió a
venir por estos lados. Pero ahora Nene tu
partida, tu ida corpórea, definitiva, sorpresiva de este mundo material,
nos dejó tan tristes y desamparados.
También
doy gracias porque en muchas oportunidades pude compartir con Nené, sobre todo
cuando llegaba, últimamente con
frecuencia a mi hogar. Se aparecía
regularmente con un detalle. Compartimos almuerzos y cenas juntos. Mis
hijos, hasta mi nieta, lo adoraban. Y
yo, no solamente permití que lo
hicieran, como es el deber ser, también
lo promoví, a mi estilo, a mi forma de
ser. Cada quien ama a su manera y tiene
su forma de querer.
En
cierta ocasión que preparaba yo de
almuerzo unos frijoles, Nené se apareció
y me dijo: Te vendo mi primogenitura por esos frijoles. Yo se la acepté riendo.
Nené tenía su estilacho de humor bien
fino. Hablando, degustando la comida, me explicó lo de la ocurrencia de la
venta de la primogenitura. Un pasaje
Bíblico en el génesis: Esaú vende su
primogenitura (1:25:27 - 1:25:34)
Recuerdo
de Nené tantas cosas, entre ellas, hago
este listado sin orden específico:
- Los
juegos infantiles de: soldados, a las escondidas, espadachines,
pistolas,…currufio, boliche,…
pichas,…pelotas,…voladores,… trompo,…la cría de gusanos en cajas con hojas
de morera, donde luego se convertirían en mariposas, … los juegos en la
nieve, en época de invierno, … la primavera. El disfrute de haber vivido
una gran parte de nuestra niñez, en
una ciudad europea con las 4 estaciones,
y el resto en el pueblo de Arenas.
- Nuestro
regreso de España en un Buque llamado Begoña, donde nos sentábamos por
largos ratos en la popa,
compartiendo en silencio, la
vista y la estela de espuma que dejaba el navío en su navegar. Los baños
en la piscina del Buque. El dormitorio con el ojo de buey donde dormimos
por espacio de 19 días hasta llegar a Venezuela.
- En
nuestros primeros años en Arenas, llegamos hablando español castizo. Los
niños de nuestra edad nos seguían por la forma peculiar, para ellos, con la que hablábamos. A la entrada del
cine nos preguntaban: ¿Cómo se llama eso?. Y nos nosotros le
decíamos: cacahuates. La risa de
burla era general. ¡Y qué cacahuates… maní muchacho!, nos replicaban. Y por donde nacen los
niños?. Y les respondíamos: Nos traen las cigüeñas chavales. Más risas. Y
nos respondían: ¡ Por el pepire es que nacen!
- El juego de descubrir en el cielo,
imágenes abstractas que se prestaban a nuestra imaginación.
- La
rivalidad juvenil de gustos preferidos en la música, por ejemplo: a él le
gustaba Rafael y a mí me gustaba Sandro,
compitiendo por quien era mejor cantante.
- La
afición compartida por el equipo del Magallanes y por la Vino Tinto.
- El
cuadro de caballo, con cinco y
doble participación, que pegamos, sin ser aficionados hípicos, pero que nos llevó una tarde de análisis
de las carreras. ¡Qué
satisfacción!. Me tocó a mí cobrarlo donde Tío Arturo.
- La
rivalidad deportiva, sin
fanatismo, por el equipo de
Argentina y yo por el de Brasil, ya en nuestra adultez.
- El
viaje que hicimos a Caracas, mi finado amigo y también compadre Lorenzo
Rodríguez, para ver el Juego de Futboll Venezuela Vs Brasil en el Brigido
Iriarte. Nené y Jhon, invitados por mí,
se encargaron de comprar las entradas. William se vino de
Maracay, y juntos disfrutamos el
evento. Mas nunca he vuelto a estar entre tanta gente. Como disfrutamos el
partido, entre cervezas, olas y vítores aupando a nuestra Venezuela.
- Cuando
me apoyó en la venta de huevas de pescado que salaba y envasaba,
vendiéndolas entre sus colegas
médicos, en el hospital clínico universitario, cuando hacía el postgrado
en traumatología en Caracas.
- La
época de lectura de novelas vaqueras,…policiacas,…comic,… la biblia y de
todo tipo de literatura, en particular los noveles escritores.
- El
disfrute compartido del cine
- Entrando
a la adolescencia, lo juegos de
ping pong, … barajas,…cine,… ajedrez,…dominó. Los viajes al rio, y a la playa de la que fue nuestra
casita del peñón.
- La
responsabilidad compartida del hogar en la edad infantil, juvenil y más
allá en el cuido de los hermanos menores y de las tareas asignadas al
hogar. Yo me enfocaba más en las tareas del domesticas y nene en la vigilancia de mis hermanos.
- Superada
la niñez, y ya entrada la pubertad, nené me ayudó a descubrir y despertar el monstruo de
la sexualidad, cuando lo vi una tarde, queriéndole meter manos a la linda
Mercedita, empleada domestica de nuestros padres.
- Sus
primeros años cuando estudiaba medicina, y esperábamos con ansia su
llegada. Cuantas parrandas compartidas a esa temprana edad.
- Su
graduación de bachiller y de médico.
- Su
espíritu de trovador y la música de la nueva trova.
- Cuando
viajaba, siempre traía detalles
para la familia. Los que me obsequió
los guardo con celo.
- Su
pasión por el tenis, deporte que practicó desde el comienzo de sus
estudios en la Universidad de Carabobo en Valencia.
- Nuestra
sociedad en la cría de gallos de peleas para satisfacer al abuelo.
- La
organización de un campeonato de Basquetbol en la región montesina, donde
quedamos campeones.
- Las
pescas y paseos en el bote llamado ¨glu.glu¨, denominado así por nuestro
finado padre.
- El
bautizo en la Iglesia de Santa Inés, de mi hija Areanni, siendo tú y mi
cuñada Leonor Franco, los padrinos. No eran católicos pero nos dieron esa
satisfacción. En ese evento participaron,
además de mi esposa que aún
vivía, también mis padres.
- La
exploración a la cueva ¨EL BAQUIRO¨ en la Rinconada.
- La
creación compartida de un periodiquito montesino titulado: Chimena: por aquí fumea.
- La
discusión estéril, pero sabrosa, a
la que me retó en el Blog: ¿Que hay
más Tito? ¿ojos o hojas?. Me preguntó. Yo le decía que ojos, el sostenía
que hojas. Por varios escritos tratamos de defender nuestro punto de
vista. Pues déjame decirte hermano que tenias razón: ¡Hay más hojas que
ojos!, y mucho más, cuanto las
señales que me has mandado, es a través de hojas. Una vez te dije, que si
te ibas primero que yo, me enviaras
una señal para saber de ti, si
estarías bien, si hay otra clase de vida,
y me la mandaste, y que más creíble para mí, que
lo has hecho con hojas.
- La pea que nos metimos, hacen cuatro años, Nené , William y yo, en la casa del parcelamiento, con unas botellas de tequilas, donde a trago limpio, probando que si el coscorrón el clásico,... se nos fue el tiempo y el mundo. Tan grande fue la que nos metimos que nuestra madre nos dijo: Les ruego encarecidamente mis hijos, que mañana se metan una mas grande.
- Su
sabiduría profesional en el campo que era su abnegación: la medicina, en
la especialidad de Traumatología.
Nené,
al igual que yo, tuvimos grandes razones para amar al pueblo de Arenas. En este pueblo pasamos
la parte final de nuestra niñez, y toda nuestra adolescencia, de recuerdos que tratamos de plasmar en el
Blog.
Sí, fue un gran hombre, especialmente en el campo
de la medicina, donde logró sobresalir, y dejar una imperecedera huella en el
tiempo.
Dejó
también su marca imborrable en nosotros, los que tuvimos el honor de
conocerlo, coincidir y compartir. A veces pienso en lo injusto que
suelen suceder las cosas, porque si alguien merecía quedarse un tiempo más, como huésped de la vida, ese era el. El, como
todos, que somos invitados de la vida, colaboró en engrandecerla, con su
profesionalismo, con su humanismo, con su don de gente. Gente como Nené
nuevamente la vida debe invitarlo a
merecerla.
Dos
grandes regalos a la vida deja: Sus
hijos, mis queridos sobrinos, Zhandra Carolina y Carlos Javier.
De
nuestro transito en la vida no nos podemos quejar, en particular Nene, que cumplió deseos que quiso realizar, y que anotaba en
una lista de sueños, antes de partir en su largo viaje sin retorno. Caminó
y conoció otras culturas, y disfrutó de otras tantas
cosas buenas, terrenales y humanas, que algunas es mejor no mencionar. Y aunado a
ello, lo quiso tanta gente, incluyendo a la familia y a mí, porque era, como hermano mayor, el preferido, y lo sabía con suma certeza, tanto que seguro no le cabía la menor duda. Me hubiese gustado
que hubiese actuado, dada su
primogenitura y preferencia, con mayor profundidad y amplitud, cumpliendo
con el rol y el papel tan importante que
desempeñaba en la familia, con la mejor
idoneidad,…imparcialidad,…solidaridad, transparencia, equidad y
justicia, por no decir más.
Sí,
la abnegación por su profesión, por lo
que realmente eran sus intereses, gustos, y preferencias ocupó siempre, y ante
todo y todos, el primer plano. No se dio la satisfacción de tener una vida
social, eso que las invitaciones y obsequios le sobraban para regalar. Algunas
veces, los obsequios los compartió
felizmente con la familia. Pienso en lo esencial, en lo que quisiera decir, hay cosas que no se pueden excusar, ni justificar, y esta es una de ellas.
Uno
se ocupa de pensar, por lo que pasan los
padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos,
familia, por lo que les ocurre a sus
conyugues, y hasta por la misma gente. Puede llegar a niveles de
preocupación cuando lo que les acontece es un suceso trágico, enfermedades,
conflictos,…problemas fuertes y graves. Nené
me preocupaba altamente, porque
en los últimos años lo sentí tan huérfano de cariño. A lo mejor no era así, y es algo subjetivo producto de mi
imaginación, y fue feliz en la forma como condujo su vida. Tal
vez por el dolor que me embarga su
partida, mi infértil imaginación germina, crece, florece y ve cosas que no están en la realidad. Mejor
sólo pensar que se fue en paz.
La
publicación de un libro posiblemente
digital, estará dedicada especialmente a
Nené, como un homenaje póstumo, y de pasó aprovecho para recordar parte de
mis afectos que se fueron antes de él:
Mi abuelo Pedro, Mirian, mi abuela Rosa, Tia fifia, mi abuelo Candido mi
padre, Tío Chichi, mi esposa Arelis, mi
cuñada Angeles, mi suegra Angelica, mi
cuñado Antonio, mi prima Mery. Tía Josefina, mi compadre Lencho, mi amigo del
alma el chino, mi amiga Elena Malave, Narciso, Marcos Chinchilla, Armandito,
Chichito, Luis Alberto Martinez.
Hay
momentos felices, que a veces son los
más difíciles de superar. Partidas de seres como Nené, y a los que cité, hacen que perdamos el sentido de nuestras vidas. Golpes de los
que tardamos en recuperarnos, algún día,
quizás. Duelo, que sólo el tiempo se
encargará de ayudarnos a superar.
¿Saben
lo que más me duele de Nené?. Que no me pude despedir de él. Decirnos un adiós
y unas palabras de agradecimiento, no solo por tantas cosas que hiciste por mí,
sino por haber compartido en esta vida conmigo hermano, con mis hijos, Antonio, y mi nieta. Gracias por el
feliz año y el último abrazo sincero que nos dimos, comenzando este año 2013.
Para
finalizar, recuerdo un día cuando reunidos en familia, Nene tomó una escoba, se
montó en ella, trotando y relinchando
¡arre plata!, jugó al caballito imitando
al llanero solitario, provocando la
hilaridad entre los que disfrutamos ese momento tan divertido y alegre con él.
En
algún otro momento, en otro plano de la existencia, volveremos a jugar nuevamente Nené. ¡Jamás te
olvidare hermano!. Misión cumplida!: ¡Te aplaudo por ello!. NEMASTÉ
Tito excelente apologia para un hermano, Q.E.P.D.
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