martes, 17 de septiembre de 2013

NENÉ





Ustedes me dicen, entonces, que tengo que perecer
como también las flores que cultivé perecerán.
¿De mi nombre nada quedará,
nadie mi fama recordará?
Pero los jardines que planté, son jóvenes y crecerán...
Las canciones que canté, ¡cantándose seguirán!

HUEXOTZÍNCATZIN
Príncipe de Texcoco, 1484

NENE
Cada vez que me sentaba  frente a  la computadora a escribir sobre mi hermano, el creador principal del  blog Arenas y Rio Arenas,  el dolor y la tristeza me invadía.  Era tan fuerte el sentimiento,  que las lágrimas  brotaban de mis ojos, cuando tecleaba las letras para comenzar esta apología dedicada a este gran hombre como lo fue Carlos Leopoldo Palomo Gamarra, conocido como Nené. Hoy todavía, fresquito su recuerdo, no lo he superado. La imagen, este dibujo que encabeza el escrito, a el le encantaba. Y la frase del príncipe se la comunicó a una amistad, en el mes de diciembre , un mes antes de su partida, la copio cuando estuvo una vez por México.
Un día Nené me propuso la creación de un blog.  La idea me fascinó, como otras veces que compartimos proyectos filantrópicos y altruistas.  El se las ingenió para diseñar la página, asombrosamente sacando tiempo de su devoción más importante,  como lo fue su profesión de traumatólogo;  oficio al que se dedicó dignamente  parte de su vida,  reconocido por la gente de nuestros pueblos. 
Mi hermano logró diseñar la página, adornándola de fotos, frases, y una entrada principal  que dice muy bien de su creatividad. La denominó: www.arenasyrioarenas.blogspot.com. La parte que me tocaría a mí.- además de algunas sugerencias.- fue alimentarla de  anécdotas referidas a esos personajes de nuestros pueblos  que han sido olvidados y otros que también merecen ser recordados.
Mi compadre y hermano mayor  Nene fue el compañero  de mi niñez, y parte de nuestra adolescencia. Esta fase de nuestra vida en común, transcurrió entre Caracas, España en una ciudad llamada Salamanca,  Cúa Estado Miranda donde nací,  y el resto en el valle de Montes, específicamente en el pueblo de Arenas. De España, por la edad nos vienen muchos recuerdos compartidos; que decir de nuestras vivencias en los pueblos de Arenas,  Rio Arenas y Cumanacoa, con los amigos de aquel ayer!. 
Cuando  niños,   a nuestra llegada a España, apenas  siendo unos bebes,  otros  niños de nuestra edad  nos hicieron una rueda bailando y  burlándose de nosotros, llamándonos indios. Nené agarró una piedra, huyendo despavoridos  nuestros provocadores, lanzándola  con tal puntería a uno de ellos que le dio en pleno  cráneo,  abriéndole  una herida en la cabeza y valiéndonos esta agresión,   nuestra primera  y merecida pela en territorio Europeo.
Allí, en Salamanca, España,  estudiamos hasta segundo grado,  a pesar de lo corto de nuestra edad. Jhon, el tercero de los hermanos, era un recién nacido.  Nene y yo vivimos y disfrutamos juntos, con cierta conciencia, haber estado en una ciudad europea,  gozar de las 4 estaciones y de amigos que dejamos a nuestra partida para mas nunca regresar,… al menos juntos. El sí estuvo por esas tierras nuevamente, al igual que William Siempre, nene y yo, rememoramos  y extrañamos por mucho tiempo,  esa vida de allá. En esas edades, nuestro cerebro que es una esponja,  y es donde se define nuestro carácter y personalidad, nunca olvidamos  lo vivido en esa etapa.
Regresamos  a Venezuela en un Buque llamado Begoña, después que nuestro finado padre culminó los estudios de medicina. Había nacido William, contando apenas meses de edad. Corría el año 1960.
En dos momentos de la vida he sentido, como un aguijón en mi corazón,  la ida de mi hermano Nene. Una de ellas fue cuando se graduó de bachiller. Sabía que al irse a estudiar una carrera universitaria a otro Estado lejano, algo de nuestra hermandad se perdería. Conocería otro mundo, otra gente,… otra idiosincrasia.
Pensé incluso, con el tiempo, y dada sus visitas de médico, cuando regresaba y tenía que retornar a los estudios, que algún día cuando culminara, se quedaría, pero no fue así,  y bueno,  gracias doy a fin de cuentas que se decidió a venir por estos lados. Pero ahora Nene tu  partida, tu ida corpórea, definitiva, sorpresiva de este mundo material, nos dejó tan tristes y desamparados.
También doy gracias porque en muchas oportunidades pude compartir con Nené, sobre todo cuando llegaba, últimamente con  frecuencia a mi hogar. Se aparecía  regularmente con un detalle. Compartimos almuerzos y cenas juntos. Mis hijos, hasta mi nieta, lo adoraban.  Y yo,  no solamente permití que lo hicieran,  como es el deber ser, también lo  promoví, a mi estilo, a mi forma de ser.  Cada quien ama a su manera y tiene su forma de querer.
En cierta ocasión que  preparaba yo de almuerzo unos frijoles,  Nené se apareció y me dijo: Te vendo mi primogenitura por esos frijoles. Yo se la acepté riendo. Nené  tenía su estilacho de humor bien fino. Hablando, degustando la comida, me explicó lo de la ocurrencia de la venta de la primogenitura. Un pasaje  Bíblico en el génesis: Esaú vende su primogenitura (1:25:27 - 1:25:34)
Recuerdo de Nené tantas cosas, entre ellas,  hago este listado sin orden específico:
  • Los juegos infantiles de: soldados, a las escondidas, espadachines, pistolas,…currufio,  boliche,… pichas,…pelotas,…voladores,… trompo,…la cría de gusanos en cajas con hojas de morera, donde luego se convertirían en mariposas, … los juegos en la nieve, en época de invierno, … la primavera. El disfrute de haber vivido una gran parte de nuestra niñez,  en una ciudad europea con las 4 estaciones,  y el resto en el pueblo de Arenas.
  • Nuestro regreso de España en un Buque llamado Begoña, donde nos sentábamos por largos ratos en la popa,  compartiendo en silencio,  la vista y la estela de espuma que dejaba el navío en su navegar. Los baños en la piscina del Buque. El dormitorio con el ojo de buey donde dormimos por espacio de 19 días hasta llegar a Venezuela.
  • En nuestros primeros años en Arenas, llegamos hablando español castizo. Los niños de nuestra edad nos seguían por la forma peculiar, para ellos,  con la que hablábamos. A la entrada del cine nos preguntaban: ¿Cómo se llama eso?. Y nos nosotros le decíamos:  cacahuates. La risa de burla era general. ¡Y qué cacahuates… maní muchacho!,  nos replicaban. Y por donde nacen los niños?. Y les respondíamos: Nos traen las cigüeñas chavales. Más risas. Y nos respondían: ¡ Por el pepire es que nacen!
  •  El juego de descubrir en el cielo, imágenes abstractas que se prestaban a nuestra imaginación.
  • La rivalidad juvenil de gustos preferidos en la música, por ejemplo: a él le gustaba Rafael y a mí me gustaba Sandro,  compitiendo por quien era mejor cantante.
  • La afición compartida por el equipo del Magallanes y por la Vino Tinto.
  • El cuadro de caballo,  con cinco y doble participación, que pegamos, sin ser aficionados hípicos,  pero que nos llevó una tarde de análisis de  las carreras. ¡Qué satisfacción!. Me tocó a mí cobrarlo donde Tío Arturo.
  • La rivalidad deportiva,  sin fanatismo,  por el equipo de Argentina y yo por el de Brasil, ya en nuestra adultez.
  • El viaje que hicimos a Caracas, mi finado amigo y también compadre Lorenzo Rodríguez, para ver el Juego de Futboll Venezuela Vs Brasil en el Brigido Iriarte. Nené y Jhon, invitados por mí,  se encargaron de comprar las entradas. William se vino de Maracay,  y juntos disfrutamos el evento. Mas nunca he vuelto a estar entre tanta gente. Como disfrutamos el partido, entre cervezas, olas y vítores aupando a nuestra Venezuela.
  • Cuando me apoyó en la venta de huevas de pescado que salaba y envasaba, vendiéndolas  entre sus colegas médicos, en el hospital clínico universitario, cuando hacía el postgrado en traumatología en Caracas.
  • La época de lectura de novelas vaqueras,…policiacas,…comic,… la biblia y de todo tipo de literatura, en particular los noveles escritores.
  • El disfrute compartido del cine
  • Entrando a la adolescencia,  lo juegos de ping pong, … barajas,…cine,… ajedrez,…dominó.  Los viajes al rio,  y a la playa de la que fue nuestra casita del peñón.
  • La responsabilidad compartida del hogar en la edad infantil, juvenil y más allá en el cuido de los hermanos menores y de las tareas asignadas al hogar. Yo me enfocaba más en las tareas del domesticas  y  nene en la vigilancia de  mis hermanos.
  • Superada la niñez, y ya entrada la pubertad, nené me ayudó  a descubrir y despertar el monstruo de la sexualidad, cuando lo vi una tarde, queriéndole meter manos a la linda Mercedita, empleada domestica de nuestros padres.
  • Sus primeros años cuando estudiaba medicina, y esperábamos con ansia su llegada. Cuantas parrandas compartidas a esa temprana edad.
  • Su graduación de bachiller y de médico.
  • Su espíritu de trovador y la música de la nueva trova.
  • Cuando viajaba, siempre traía  detalles para la familia. Los que me obsequió  los guardo con celo.
  • Su pasión por el tenis, deporte que practicó desde el comienzo de sus estudios en la Universidad de Carabobo en Valencia.
  • Nuestra sociedad en la cría de gallos de peleas para satisfacer al abuelo.
  • La organización de un campeonato de Basquetbol en la región montesina, donde quedamos campeones.
  • Las pescas y paseos en el bote llamado ¨glu.glu¨, denominado así por nuestro finado padre.
  • El bautizo en la Iglesia de Santa Inés, de mi hija Areanni, siendo tú y mi cuñada Leonor Franco, los padrinos. No eran católicos pero nos dieron esa satisfacción. En ese evento participaron,  además de mi esposa  que aún vivía,  también mis padres.
  • La exploración a la cueva ¨EL BAQUIRO¨ en la Rinconada.
  • La creación compartida de un periodiquito montesino  titulado: Chimena: por aquí fumea.
  • La discusión estéril,  pero sabrosa, a la que  me retó en el Blog: ¿Que hay más Tito? ¿ojos o hojas?. Me preguntó. Yo le decía que ojos, el sostenía que hojas. Por varios escritos tratamos de defender nuestro punto de vista. Pues déjame decirte hermano que tenias razón: ¡Hay más hojas que ojos!, y mucho más,  cuanto las señales que me has mandado, es a través de hojas. Una vez te dije, que si te ibas primero que yo,  me enviaras una señal para saber de ti,   si estarías bien, si hay otra clase de vida,  y me la mandaste, y que más creíble para mí,  que  lo has hecho con hojas.
  • La pea que nos metimos,  hacen cuatro años, Nené , William y  yo, en la casa del parcelamiento, con unas botellas de tequilas, donde a trago limpio, probando que si el coscorrón  el clásico,... se nos fue el tiempo y el mundo. Tan grande fue la que nos metimos que nuestra madre nos dijo: Les ruego encarecidamente mis hijos, que mañana se metan una mas grande.
  • Su sabiduría profesional en el campo que era su abnegación: la medicina, en la especialidad de Traumatología.

Nené, al igual que yo,   tuvimos  grandes razones para amar  al pueblo de Arenas. En este pueblo pasamos la parte final de nuestra niñez,  y  toda nuestra adolescencia,  de recuerdos que tratamos de plasmar en el Blog.
Sí,  fue un gran hombre, especialmente en el campo de la medicina, donde logró sobresalir, y dejar una imperecedera huella en el tiempo.
Dejó también su marca imborrable en nosotros, los que tuvimos el honor de conocerlo,  coincidir  y compartir. A veces pienso en lo injusto que suelen suceder las cosas, porque si alguien merecía quedarse un tiempo más,  como huésped de la vida, ese era el. El, como todos, que somos invitados de la vida, colaboró en engrandecerla, con su profesionalismo, con su humanismo, con su don de gente. Gente como Nené nuevamente la vida  debe invitarlo a merecerla.
Dos grandes regalos a la vida deja:   Sus hijos, mis queridos sobrinos, Zhandra Carolina y Carlos Javier.
De nuestro transito en la vida no nos podemos quejar, en particular  Nene, que cumplió   deseos que quiso realizar, y que anotaba en una lista de sueños, antes de partir en su largo viaje sin retorno. Caminó y  conoció  otras culturas, y disfrutó de otras tantas cosas buenas,  terrenales y humanas,  que algunas es mejor no mencionar. Y aunado a ello, lo quiso tanta gente, incluyendo a la familia y a mí, porque era, como  hermano mayor,  el preferido, y lo sabía  con suma certeza, tanto que seguro  no le cabía la menor duda. Me hubiese gustado que hubiese  actuado, dada su primogenitura y preferencia, con mayor profundidad y amplitud, cumpliendo con  el rol y el papel tan importante que desempeñaba en la familia, con la mejor  idoneidad,…imparcialidad,…solidaridad, transparencia, equidad y justicia, por no decir más.
Sí, la abnegación por su profesión,  por lo que realmente eran sus intereses, gustos, y preferencias ocupó siempre, y ante todo y todos, el primer plano. No se dio la satisfacción de tener una vida social, eso que las invitaciones y obsequios le sobraban para regalar. Algunas veces, los obsequios  los compartió felizmente con la familia. Pienso en lo esencial, en lo  que quisiera decir,   hay cosas que no se pueden excusar,  ni justificar, y esta es una de ellas.
Uno se ocupa de pensar,  por lo que pasan los padres, hijos,  hermanos, tíos, sobrinos, familia,   por lo que les ocurre a sus conyugues,  y hasta por  la misma gente. Puede llegar a niveles de preocupación cuando lo que les acontece es un suceso trágico, enfermedades, conflictos,…problemas fuertes y graves. Nené  me preocupaba altamente,  porque en los últimos años lo sentí tan huérfano de cariño. A lo mejor no era así,  y es algo subjetivo producto de mi imaginación, y  fue  feliz en la forma como condujo su vida. Tal vez  por el dolor que me embarga su partida, mi infértil imaginación germina, crece, florece  y ve cosas que no están en la realidad.  Mejor  sólo pensar que se fue en paz.
La publicación de un  libro posiblemente digital, estará  dedicada especialmente a Nené,  como un homenaje póstumo,  y de pasó aprovecho para recordar parte de mis afectos que se fueron antes de él:  Mi abuelo Pedro, Mirian, mi abuela Rosa, Tia fifia, mi abuelo Candido mi padre, Tío Chichi, mi  esposa Arelis, mi cuñada Angeles, mi  suegra Angelica, mi cuñado Antonio, mi prima Mery. Tía Josefina, mi compadre Lencho, mi amigo del alma el chino, mi amiga Elena Malave, Narciso, Marcos Chinchilla, Armandito, Chichito, Luis Alberto Martinez.
Hay momentos felices,  que a veces son los más difíciles de superar. Partidas de seres como Nené, y a los que cité,  hacen que perdamos  el sentido de nuestras vidas. Golpes de los que  tardamos en recuperarnos, algún día, quizás. Duelo,  que sólo el tiempo se encargará de ayudarnos a superar. 
¿Saben lo que más me duele de Nené?. Que no me pude despedir de él. Decirnos un adiós y unas palabras de agradecimiento, no solo por tantas cosas que hiciste por mí, sino por haber compartido en esta vida conmigo hermano, con  mis hijos, Antonio, y mi nieta. Gracias por el feliz año y el último abrazo sincero que nos dimos,  comenzando este año 2013. 
Para finalizar, recuerdo un día cuando reunidos en familia, Nene tomó una escoba, se montó en ella,  trotando y relinchando ¡arre plata!,  jugó al caballito imitando al llanero solitario,  provocando la hilaridad entre los que disfrutamos ese momento tan divertido y alegre con él.
En algún otro momento, en otro plano de la existencia,  volveremos a jugar nuevamente Nené. ¡Jamás te olvidare hermano!. Misión cumplida!: ¡Te aplaudo por ello!. NEMASTÉ

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