domingo, 27 de marzo de 2011

PORRONGO

Se encontraba Porrongo en la Estación de la Bomba de gasolina de Arenas que fue del finado Nino Carrabeb. Su preñada imaginación pare esperando el llenado del tanque de gasolina de su vehiculo, con el que hace transporte público como sustento de vida. Recuerda cuando trabajó de Bombero en la gasolinera, que una tarde, mientras leía una novelita de vaquero, pasaba un marico famoso de Cumanacoa, que mucho rato antes se había metido por los montes de la concertación acompañado por la procesión de un bojote de muchachos ociosos, y a su pasó de regreso, sin la compañía de sus amadores de turno, el marico le gritó : ¡VOY FULL!. Larga una risotada Porrongo para sus adentros tan grande como cuando vivió el momento. Tiene anotada en la agenda de su memoria de vida, los autores materiales de la cochinadita. Mientras, a su vez, se dedica a joderle la paciencia al bombero amigo: ¨Ve este, se fue a presentar un examen de Policía a Cumaná, se fijó del que mas sabia, y sacó cero uno¨. El bombero se sonríe con suma satisfacción mientras Porrongo lo sigue jochando. Los Areneros tienen la cualidad de estar hablando con alguien, y estar pensando en otra variedad de cosas al mismo tiempo. Recuerda Porrongo cuando era trabajador del central Azucarero, que una vez se sintió débil, enfermo, y el medico Juancho Vega lo examinó. Le recetó una inyección para que las enfermeras se la pusieran. Por nada del mundo el quiso que se la inyectaran en las nalgas sino en el brazo. Mira que tiene mucho aceite, y es dolora. Le dijo Vega. ¡Que va!. Nada lo convenció y se la inyectaron en el brazo como el queria. Porrongo, para sus adentros se lleno de insultos porque la verdad tuvo varios días sin poder moverlo y en su trabajo era necesaria e imprescindible el uso de ambas manos. También recuerda la razón que lo llevó a tomar la decisión: ¿Porque no se quita el saco?. Recuerda la letra de esa canción de moda. Al que llegaba a echar gasolina, el como bombero siempre les decía eso, con la consabida respuesta del usuario que le seguía la corriente: ¡Porque tiene la camisa rota!. La verdad fue que el no quiso quitarse los pantalones, para que lo inyectaran en las nalgas, porque tenia tremendo hueco en los interiores y eso, en aquel momento, lo avergonzó.
Ya lleno el tanque de combustible pagó, le dijo otra ocurrencia al bombero, prendió su carro, y se fue en su Malibu a continuar sus labores diarias de trabajo y a seguir con sus recuerdos para otra parte.

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