miércoles, 18 de enero de 2012

R.I.P

" Desperezóse la inmensa vega bajo el resplandor azulado del amanecer, ancha faja de luz que asomaba por la parte del Mediterráneo. Los últimos ruiseñores, cansados de animar con sus trinos aquella noche de otoño, que, por lo tibio de su ambiente, parecía de primavera, lanzaban el gorjeo final como si los hiriese la luz del alba con sus reflejos de acero. De las techumbres de paja de las barracas salían las bandadas de gorriones como un tropel de pilluelos perseguidos, y las copas de los arboles empezaban a estremecerse bajo los primeros jugueteos de estos granujas del espacio, que todo lo alborotaban con el roce de sus blusas de plumas. Apagábanse lentamente los rumores que habían poblado la noche: el borboteo de las acequias, el murmullo de los cañaverales, los ladridos de los mastines vigilantes. Despertaba la huerta, y sus bostezos eran cada vez más ruidosos. Rodaba el canto del gallo de barraca en barraca. Los campanarios de los pueblecitos devolvían con ruidoso badajeo el toque de misa primera que sonaba a lo lejos, en las torres de Valencia, esfumadas por la distancia. De los corrales salía un discordante concierto animal: relinchos de caballos, mugidos de vacas, cloquear de gallinas, balidos de corderos, ronquidos de cerdos; un despertar ruidoso de bestias que, al sentir la fresca caricia del alba cargada de acre perfume de vegetación, deseaba correr por los campos.


"Tito lee este fragmento del escritor Vicente Blasco Ibañez en su obra ¨La barraca¨, y rememora la época cuando habitaba en la población de Arenas. Solamente en nuestros pueblos persiste ese mundo descrito tan magistralmente. La vida en la ciudad es mas compleja , fría,… donde la mayoría ni alzamos la vista para contemplar el cielo. Solo el ruido de autos,… la muchedumbre,… es la cotidianidad de nuestras vidas.Tito con su amigo José, profesor Universitario, y en compañía de su hijo Juan David, fueron el viernes 13 para Carupano, en un viaje de de paseo en su camioneta. Pasan por la carretera de Casanay, una vía muy campestre llena de verde vegetación. En el recorrido los sorprenden gratamente dos aguaceros. A tito le encanta manejar con la lluvia a pesar que es sabido lo peligroso que es conducir con el pavimento mojado. Pero el es precavido. Llegan después de dos horas de camino a la que siempre ha querido ser la capital del Estado Sucre: Carupano. Visitan a una Señora donde José se ha hospedado, toda su vida laboral en el Colegio Universitario de Carupano donde estuvieron antes. Apenas entraron a su casa, José hace las presentaciones, un regalo a la doña, y saluda a su Loro llamado Juancho. Un Loro de una especie en peligro de extinción. Repite muchas palabras juancho, entre ellas su preferida: ¡marico preñao!. Resulta que El loro es una lorita, y le dice tito a la Doña que debía más bien llamarla Juancha. Les da el mediodía y José invita a una pizza en una panadería que conoce. Muy buena pizza de vegetales. Allí se encuentra josé con un viejo conocido que trabaja como liniero en Cadafe. Después de las presentaciones, el hombre se queja porque solo le pagaron de utilidades de fin de año 42 millones de Bolívares, y el año pasado le pagaron más. José y tito se ven las caras. Por la mente de tito se le cruza la idea de pedirle que cancelara la pizza. Luego de comer allí se fueron a recorrer la ciudad. La perimetral a la orilla del mar. El oleaje ahí siempre es fuerte. Es abierto al mar infinito. Ya hay kioscos y tarantines que se preparan para los carnavales. Ya en vez de poner en las radio, a la entrada del año, la famosa canción: ¨faltan cinco pa´ las doce, el año va a terminar¨,..deberían sintonizar de una vez el popurrí famoso de stilban de los hermanos Márquez, que bailan las comparsas en los carnavales de todos los años. De regreso se compran unos chicharrones crujientes muy sabrosos para subir más el colesterol. A la salida de Carupano, por la otra vía, que es la mas concurrida, con la nazi tapada, atraviesan el basurero Municipal donde se confunde el olor del humo con la podredumbre de los desechos quemados. ¿Qué clase de turismo?, que sean los zamuros y el mal olor, que le anuncien al visitante la llegada a Carupano. Ya vía Cariaco- Mariguitar- Cumaná, un niño en la carretera les ofrece una iguana. Vuelven los recuerdos al pensamiento de tito, cuando vivía en Arenas, y también se acuerda de una anécdota. Corría el año 1984. El se había casado con la que fue el amor de su vida: Arelis. Habían procreado a una niña llamada Areanni, nacida el 22 del mes de Septiembre del año anterior. Tito viajaba todos los días a cumplir sus labores en la Universidad de Oriente en Cumaná donde se inicio en la Biblioteca General como Auxiliar. Su horario de trabajo era corrido desde las 8: am. Hasta las 3:pm. Terminaba su oficio hora y media antes, esperando el turno para partir hacia Cumanacoa, donde residía con sus padres, esposa e hija. Por esta fecha, un tarde de su regreso , se encontró con unos muchachos que le ofrecían una inmensa iguana preñada, con una panza que daba la impresión que tendría como 400 huevos. Tito se asombraba de lo grande de la iguana y de lo abultada de su panza. Mientras negociaba con unos de los muchachos, se daba cuenta que el otro muy serio, se le asomaban las lagrimas. Esto lo hacía dudar, … ¿porque lagrimeaba este imberbe?. Aconteció que pasó un chofer de vehículos de transporte público que lo conocía y le gritó: ¡esa es una iguana macho pendejo!. El muchacho que se aguantaba las lagrimas largo la risa. Viéndola bien, tito se fijo que le habían cortado la crin. Si, era un macho y sabrá de qué la habían inflado. Pues, se montó en su carro Brasilia, no sin decirle cuatro ociosidades a los buenlandros, encendio el motor, lo puso en marcha y siguió para Cumanacoa. Al llegar a su casa echó el chiste, que como siempre, les daba mucho placer a la familia, por la forma folklórica con que contaba sus andanzas. Más tarde, ya entrada la noche, el y su esposa, se fueron al pueblo de Arenas a buscar un viejo corral de niños que le había ofrecido su tía Josefina. No mas bajarse del vehiculo y entrar casa de tío Chichi y tía Josefina, el le cuenta lo que le pasó, con una rabia que le empalidecía el rostro. Resulta que su tío chichi había comprado la iguana viniendo de cumana. Cuando la abrió lo que tenía en la panza era agua y puras hojas. La trampa estaba preparada para que cayera uno de la familia Palomo.Hoy día, por esta fecha, se continúa con la práctica de cazar iguanas para extraerle los huevos. Si, fritos son ricos, pero abriendo conciencia debemos eliminar esa vieja práctica porque esta especie está en peligro de extinción.Bueno, no contento con el viajecito a Carupano con José y su hijo Juan Daviid, tito y su pareja se aventuraron al día siguiente, sábado, por los lados de Casanay. Pensaron en alojarse en una posada llamada Poza Cristal pero no encontraron cupo, ni en los hoteles y posadas contiguas. Como pasa muchas veces que Tito no se rinde, se fueron a comer a un restaurantico que sirve comidas típicas: tarkari de Baquiro, de Chivo, Lapa,… mientras pensaban. Después de degustar la comida, le preguntan al mesonero que otros sitios hay de hospedaje en el pueblo de Casanay y este los refiere a un hotel llamado San Agustín. Se fueron para allá. Primero localizaron un cajero automático de un Banco que ni sabía tito que existía. Un cajero moderno que hasta habla con el usuario. Buenos días Tito le dice. Buenos días le responde sorprendido pensando que hay un enano dentro de la cajuela electrónica. Da las indicaciones verbales: es cuenta de ahorro o corriente?, quiere saldo?, introduzca el monto, y después la clave. Pues si, le facilitó el dinero. Sin cola. Mientras hizo la operación no llegó nadie. Parece brujería.Saliendo de la Alcaldía de Casanay donde está este Banco, Tito se fija en una maquina barredora que esta estacionada en el garaje. Le pregunta al vigilante donde queda el Hotel San Agustín, y el vigilante le da las indicaciones, pero le sugiere que si se quiere quedar en un lugar bonito, que vaya a la posada Felicidad y le da las coordenadas. Queda saliendo para la vía de Carupano, cerquita en las afueras de Casanay. Para allá se dirigen Tito y Gledys. Saliendo efectivamente de Casanay está la Posada Felicidad, que esta compartida: una mitad es automotel y la otra mitad es Posada con una hermosa piscina y cabañitas. ¡La propia felicidad!. El precio de las cabañitas matrimoniales tipo palafitos, les es accesible y por debajo de todas las posadas que visitaron. Deciden hospedarse. Pasan el resto de la tarde disfrutando de la piscina que más limpia no podía estar. Muy acogedora. Al caer la noche se van para el pueblo. Cenan ligeramente. Se sientan en la plaza a conversar con la gente. Viven una grandiosa y extraña sensación compartida de estar como turistas en su propio Estado. Casanay ha prosperado. Tito recuerda cuando su padre los llevó por primera vez a Poza Azul de aguas termales, y pasaron por este pueblo que más bien parecía un centro poblado, un caserío. Hoy es un pueblo muy limpio, ahora se sabe para que se utiliza la maquina barredora de calles. Pasan un buen rato disfrutando de la noche en la Plaza Bolívar de Casanay. Son mas de las nueve y apenas un vehículo tiene una música con un volumen que ni molesta, ubicados frente a una licorería donde liban licor tranquilamente los lugareños. Mas allá, en la esquina esta una estación de policías. Da gusto ver como a esa hora la gente va y viene como ausente del problema de inseguridad que azota al país.Deciden recogerse y se van para la posada. Se ubican en su habitación y disfrutan la noche completa. Llueve varias veces en la noche, y con el ruido de los desagues de agua de la piscina, la noche es aun más encantadora. Al despertarse, los dos se sienten como en un sueño. No se quieren ir. Ni se quieren parar. Hay cosas incontables que suceden en la noche y en la mañana, entre los dos, que son gratas para la gente maliciosa y que por su contenido XXX no se pueden narrar. Después de arreglarse deciden irse a desayunar. En la plaza hay unas cuantas fritangas que venden arepas y empanadas. El pueblo tiene buen movimiento comercial. Compraron dos pares de media la noche anterior que cuestan la mitad de lo que cuesta en un negocio en Cumana. Una empanada dos veces del tamaño de las que venden en Cumana y al mismo precio. Con una sola cada uno les bastó. Cumaná es la ciudad más cara de Venezuela. La buhonería de comida, que arrasa con los productos de Mercal y PDVAL, se los regresan reciclado a los consumidores transformados en empanadas y el relleno de las arepas. ¿ Se les aplicará la Ley de costos y precios Justos?. Los costos de las habitaciones de los Hoteles. La tv por cable. Electrodomésticos,… Y si se entra en el ramo de ferretería, construcción y vivienda ni se hable. El cumanés es un vivo pendejo.Total que se regresan al hotel no antes de pasar saludando al cajero automático quien gentilmente le facilitó otra cantidad de dinero. Llegaron a la posada. Se cambiaron de ropa y,… chupulun a la piscina. Dos horas nadando. Tito salva del ahogamiento al ser vivo mas fuerte del planeta: un escarabajo Hércules. Por momentos le viene a la cabeza que sus cuñadas estan de cumple. Sin saberlo, su hermano William, Adriana que también estaba de cumple y sus sobrinos, se fueron a disfrutar a Cayo Sombrero en el parque Nacional Morrocoy. Ese es un sitio fantástico.Finalmente salen de la piscina mas arrugados que aquel agujero negro que les conté. Van, recogen sus macundales, entregan las llaves y se montan en la camioneta a recorrer los pueblitos cercanos: Rio Casanay, un pueblo llamado Juan Sánchez, Cangregal y Agua Fría. Esta vía conduce al Pilar pero está en muy mal estado. Les cuenta un verdulero que la primera vez que se baño en la poza de Agua Fría, cuando salió con el cuerpo humeante, pensaban la gente que se estaba quemando. Realismo mágico.Al regreso no tienen novedad. La pasaron bien. Piensan los dos que vale la pena de vez en cuando hacer este tipo de improvisaciones que los llena de alegría, paz y tranquilidad.Los libros de derecho que llevó tito, …Códigos, comiquitas y novela vaqueras de bolsillo también disfrutaron estas mini vacaciones.

Mucha gente del pueblo de Arenas se ha merado estos días. Hace poco comenzando el año se fue Suarez. Con el intercambiaba Tito y su hermano nene, novelas de vaqueros y comiquitas. Suarez fue el telegrafista del Pueblo, así como Serviia Palomo, tía de ellos, fue la oficinista del Correo.Te dedico Suarez este micro cuento y donde quiera que estés, me supongo que en el reino de dios, te mando un saludo, y este corto telegrama porque hoy día hasta las letras cuestan: Q.E.P.D

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