Tito entra en Google interesado en un programa que presenta en Animal Planet César Millán, mejicano, quien emigró de su país hacia los Estados Unidos en busca de una vida mejor, empezando a trabajar a principios de los años noventa en un salón de belleza canino de San Diego. Esta experiencia le abrió las puertas de su futuro trabajo, ya que se ganó la reputación de trabajar con casos difíciles pues podía controlar a cualquier perro: agresivos, hiperactivos, pasivos, obsesivos, etc. César compaginaba su trabajo sacando a pasear a los perros de sus vecinos, que rápidamente se dieron cuenta de que podía manejar incluso a los más agresivos. Tras esta experiencia se trasladó a vivir al norte de Los Angeles. Su futuro como estrella de la televisión estaba solo a un paso.
César Millán se convirtió en un experto adiestrador de perros que trabajaba para lograr una perfecta convivencia entre animales y humanos. Millán ha ido perfeccionando sus técnicas, y en la actualidad trabaja con perros que tienen problemas de comportamiento, desde el que ladra excesivamente hasta el vago, el impulsivo, el celoso o el desobediente. Pero sin duda, su especialidad son los perros agresivos.
La técnica de César Millán se centra en un animal problemático, estudia el caso, aplica sus reglas y marca los límites para que el perro pueda convivir perfectamente con la familia. Para lograr sus objetivos, es imprescindible que el animal se encuentre en un estado de calma. Conseguido su objetivo, César enseña las técnicas a los propietarios de los perros y a mantener la conducta recién aprendida.
Tito investiga en la página web de Cesar Milan para estudiar sus consejos, en búsqueda de ayuda para ver cómo tratar el caso de su perrito Ozy, raza poddle, que fue un regalo que le hizo su hermano Carlos Palomo, del cual está agradecido porque una mascota muchas veces hacen falta. Ozy tiene una personalidad impredecible. Es ladrador pero no molesta en las noches. El problema es su comportamiento. No agarra disciplina. Total que Tito le ha hecho varias invitaciones al encantador de perro para ver si puede tratar a Ozy y lo que a recibido de su parte es un saludo y que le eche el cuento. Tito dice que con todo y eso Ozy tiene su encanto.
Cuando de perros se trata, le viene a la memoria a tito, perros y perras famosos que callejearon por el pueblo.
No se ha visto en los anales de la historia canina, un perro cuasi dálmata, de buen tamaño y porte, que tenia Julio ¨Capote¨. Este perro sobrevivió impecablemente a dos brutales atropelladas en la recta de Arenas y Rio Arenas. Aún resuena el chirriar repentino del frenazo y el eco de los aullidos escalofriantes y lastimeros cuando el perro pasaba atropelladamente por debajo de los carros, dejando parte de su piel pegada por el chasis. Un chucho que tenía más vida que un gato. Este maravilloso can hacia de las suyas cuando una de las canidas callejeras andaba en celo. Mientras los demás perros se disputaban a mordisco limpio el primer turno, el perro de Julio montaba y se pegaba primero. No se pelaba una. Era pues este tuso un campeón universal a la hora de pegarse una chucha. ¿Por qué no le hicieron una estatua?. Yo pediría que fuera de chorizo, morcilla y pelo.
Tito, observando el equilibrio y la igualdad de género, recuerda a la perra de Azila. No, no es un insulto. Una perra trompi negra, de raza cacri (callejera con criollo), que su dueña era Azila, esposa de Virgilio Garcia. Esta chucha se metía cómodamente en todas las casas vecinas. Su horario de visitas casualmente era a la hora del desayuno, del almuerzo o de la cena.
En un día como hoy Nina, la madre de Tito, preparaba para la cena de año nuevo: hayacas, ensalada de pollo,.. dulces,…y horneaba como la especialidad, un rico pernil de cochino.
Se acostumbraba a cenar temprano, cosa de hacer la digestión y esperar la entrada del año.
Nina adorno la mesa, mientras su esposo e hijos se bañaban y se vestían. Colocó la vajilla, cubiertos y toda la comida: hayacas, dulce de lechosa, torta de navidad,… panes de jamón, quesos,…bebidas,… y el pernil que era el anfitrión. Lista la mesa, también se fue a su habitación a prepararse. Cuando un rato más tarde se sentaron todos alrededor de la mesa, notaron que faltaba algo. No se sabe cuál de ellos preguntó: ¿y el pernil?. Será que todavía está en el horno pensó Nina extrañada. Fue a revisarlo y no estaba. ¡Que misterio!. ¡Se había desaparecido el pernil!. Se organiza un equipo de rescate. En la búsqueda encuentran huellas del pernil como que lo hubiesen arrastrado. Las huellas se dirigen al cuadro de caña. Adentrándose en el cañaveral, las siguen con una linterna, hasta toparse al fin, con la perra ladrona de Azila y la jauría de sus invitados, dándose un festín con el pernil. No les quedó otra, a nina y familia, que cenar sin degustar la sabrosa pierna. Ahh, pero la venganza rumiaba entre los comensales.
Al siguiente día, Edelberto Acuña para en la casa de la familia Palomo, a darle el Feliz año. Lo enteran de la hazaña de la perra. Antes de irse les dice a Tito y a Carlos una forma de vengarse de la tusa.
Tito y Carlos sin pensarlo, fueron a la gasolinera y se trajeron una garrafa de gasolina. Pacientemente esperaron la visita de la perra y cuando esta llegó muy jorondosa, como siempre moviendo el rabo, pidiendo más pernil, mojaron un trapo con gasolina y le echaron el combustible en el culo. La perra salió aullando arrastrando el culo por toda la paja, tierra,… carretera perdiéndose por esos caminos verdes. Santo remedio para que esta lisa, fastidiosa y atrevida canida dejará de visitarlos, entendiendo al fin, que nunca había sido bienvenida.
Volviendo a Ozy, este comió estos días como un rey. Se ha tirado dos tremendos atracones: en la cena de navidad y hace un rato en la de año nuevo. Está que se revienta y quiere más. Los perros pareciera que nunca se hartan. Tito piensa que después de este mes, ahora se le suma al problema de ozy otro como es el del sobrepeso.
¿Quién sabrá de una dieta especial para perros?.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
Este microcuento es dedicado a ilustres coterráneos, que a fin de año se nos fueron: Ramon ´Corioco¨, Elias Fuentes y Alica. Que Dios los tenga en su reino.
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