Es un Juego tradicional. En este juego los integrantes se ubican cerca de un río o poza y escogen en el paisaje una piedra –que preferiblemente sea de color distinto a las que se encuentran en el fondo del río y, por ende, sea más fácil de visualizar. Con la piedra en mano un jugador, previamente designado dice: Pancho Jolo y el grupo contesta jolo yo, y el designado contesta donde cae la piedra y el grupo responde caigo yo. Entonces, el designado arroja la piedra al río o poza y todos los jugadores se lanzan a buscarla. El que logre encontrarla asume el papel de lanzar la piedra.
Resulta que tito palomo no sabia nadar. Mientras se bañaba en la orilla de la poza del rio, veía como los demás participaban en los juegos. Era un muchacho asustadizo,. inseguro. Le tenía miedo a todo. En su arribo de Europa al pueblo de Arenas, llegó creyendo en cigüeñas preñadas, cuentos de hadas y angeles de la guarda, a este nuevo mundo mágico, desconocido, descarnado lleno de figuras y cuentos aterradores: que si los duendes, el ahorcado, el mondogo que camina, la sayona,…el jinete sin cabeza. Brujas, hombres lobos y vampiros. No era para menos su temor. Pero ese día ocurriría lo inesperado. Habían entre los bañistas de diferentes edades, muchos mayores que tito. muchachos y muchachas ya superando la adolescencia . El apenas todavía contaba con apenas 10 años. Entre las muchachas se encontraban dos hermanas primorosas: Marbella y Carmencita. La primera mas hermosa que la segunda, pero lindas las dos. A tito no se le escapaba el afán de los muchachos por lucirse ante ellas. Aún el no tenia despierto el monstruo de la sexualidad pero algo allí se le agitaba en su interior viendo a Marbella. Las vuelta canela, los trompos, las competencia de fuerzas, las zambullidas repentinas, las peleas de gallitos, el juego de platos y toda suerte de juegos salían a relucir, y fue cuando a alguien se le ocurrió jugar pancho jolo. Agarró una piedra y dijo: ¡Pancho Jolo!. Se oyeron todas las voces: ¡jolo yo!. ¡donde cae la piedra!. ¡caigo yo!. Y chupulún. Se lanzaron todos. Hasta Marbella y Carmencita. Pero Marbella, que era bella de verdad, no sabía nadar, se comenzó a ahogar en medio del rio y a pedir auxilio. La matazón de los muchachos por rescatarla, fue de película. Hasta tito que veía el acontecimiento se olvidó que el tampoco sabía nadar y se zambulló a salvarla. Finalmente sacaron a la orilla a Marbella, y abrazado a sus piernas a tito, que casi se traga toda el agua de la poza pero, ese dia, por empiernase, fue el bautizo de tito para perderle miedo al agua y comenzar a nadar.
Resulta que tito palomo no sabia nadar. Mientras se bañaba en la orilla de la poza del rio, veía como los demás participaban en los juegos. Era un muchacho asustadizo,. inseguro. Le tenía miedo a todo. En su arribo de Europa al pueblo de Arenas, llegó creyendo en cigüeñas preñadas, cuentos de hadas y angeles de la guarda, a este nuevo mundo mágico, desconocido, descarnado lleno de figuras y cuentos aterradores: que si los duendes, el ahorcado, el mondogo que camina, la sayona,…el jinete sin cabeza. Brujas, hombres lobos y vampiros. No era para menos su temor. Pero ese día ocurriría lo inesperado. Habían entre los bañistas de diferentes edades, muchos mayores que tito. muchachos y muchachas ya superando la adolescencia . El apenas todavía contaba con apenas 10 años. Entre las muchachas se encontraban dos hermanas primorosas: Marbella y Carmencita. La primera mas hermosa que la segunda, pero lindas las dos. A tito no se le escapaba el afán de los muchachos por lucirse ante ellas. Aún el no tenia despierto el monstruo de la sexualidad pero algo allí se le agitaba en su interior viendo a Marbella. Las vuelta canela, los trompos, las competencia de fuerzas, las zambullidas repentinas, las peleas de gallitos, el juego de platos y toda suerte de juegos salían a relucir, y fue cuando a alguien se le ocurrió jugar pancho jolo. Agarró una piedra y dijo: ¡Pancho Jolo!. Se oyeron todas las voces: ¡jolo yo!. ¡donde cae la piedra!. ¡caigo yo!. Y chupulún. Se lanzaron todos. Hasta Marbella y Carmencita. Pero Marbella, que era bella de verdad, no sabía nadar, se comenzó a ahogar en medio del rio y a pedir auxilio. La matazón de los muchachos por rescatarla, fue de película. Hasta tito que veía el acontecimiento se olvidó que el tampoco sabía nadar y se zambulló a salvarla. Finalmente sacaron a la orilla a Marbella, y abrazado a sus piernas a tito, que casi se traga toda el agua de la poza pero, ese dia, por empiernase, fue el bautizo de tito para perderle miedo al agua y comenzar a nadar.
"Las mujeres sólo se entregan a los hombres de ánimo resuelto, porque les infunden la seguridad que tanto ansían para enfrentarse a la vida."
ResponderEliminar~Gabriel Garcia Marquez
Saludos!
Reinaldo J. Meza
Burro maicero ni que le quemen la trompa!!! Y cuando ve el morral suspira... Como te encabritas Tito!!
ResponderEliminarJAJAJAJA. ESTA BUENO. PERO ES VERDAD. TE ACUERDAS DE MARBELLA Y CARMENCITA, LAS HERMANAS CHICHILLAS. MAYORES QUE NOSOTROS Y BELLAS.
ResponderEliminarClaro que las recuerdo!!!
ResponderEliminar♫♪♫♪♫Como no recordarlas,
en cada primavera
llegan con la brisa
y se las lleva la arena...♫♪♫♪♫
Sobre todo a Marbella no solo por bella,
sino por el contoneo inolvidable
de sus caderas al andar!!!
Nos falta la cincha, para asegurar nuestra silla de burros. Pero la gurupera.....esa si no me la pongo!!
JAJAJA . Si la palabra sifrina no existia, estas bellas hermanas la inventaron. ¿Que monas eran?.
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