sábado, 12 de marzo de 2011

SEFERINO CURRUFIO

Terminadas las vacaciones escolares, nuevamente el regreso a clases. Para asistir al Liceo Luis Beltrán Sanabria, bien temprano los Areneros y Rió Areneros, con el frío que los hacia tiritar, o se iban para Cumanacoa en cola o pagando un transporte. La mayoría de las veces en cola, para ahorrarse el pasaje y alcanzara para la empanada con pan que vendía la señora Santos o el desayuno en la cantina. ¡Díganme cuando viajaban en un pick up , o un camioncito!. Llegaban blancos,… pálidos por el frío mañanero.
Los alumnos del tercer año estrenaban un nuevo profesor que llegaba al Liceo, a dictar la materia de Historia y Geografía: El profesor Oswaldo Barrios.
Era un día lunes, y a la primera hora (7:am) tocaba clases con el. Cada quien había seleccionado su horario con anticipación. Después que los alumnos pasaron al salón de clases y se sentaron es sus respectivos pupitres, el profesor Oswaldo Barrios saludo cortésmente a todos los presentes, y como no era conocido se presentó, y quiso además conocer a cada uno de sus pupilos. Comenzó a llamarlos de uno a uno, por la lista que le dio el semanero, haciendo las presentaciones pertinentes, y así sucesivamente, fueron dándose a conocer cada uno de los alumnos asistentes. Finalmente le llegó el turno al último de la lista. El profesor, quien hasta ahora se había mostrado tan gentil, llamó al que faltaba por conocer: ¡SEFERINO CURRUFIO!. Todos se miraron extrañados. El profesor buscándolo con la mirada insistió: ¡SEFERINO CURRUFIO!. Esta vez, nadie aguantó la risa. Se dieron cuenta que alguien había jugado una broma. La tercera vez que el profesor insiste en llamarlo, ya con una voz más enérgica pero, como el que sospecha que esta haciendo el ridículo, provocó la hilaridad total de los alumnos. ¡Esto es intolerable!, dijo el profesor rojo, de encontrados sentimientos de vergüenza y calentura. Llamó al semanero y se lo llevó para la Dirección, para reportarlo y lo sancionaran. La inclusión del nombre de Seferino Currufio en la lista había sido magistral. Lo habían echo con la misma maquina de escribir del Liceo. Al percibir que el semanero seria sancionado por su culpa, valientemente Segilfredys Villafranca , el autor materia de esta genial ocurrencia, asumió su responsabilidad y el castigo de la sanción por una semana de suspensión de clases. Para que vean, cualquier Arenero o Rio Arenero, es capaz de una ociosidad.

3 comentarios:

  1. epale tito estas anecdotas de muchachos ocurrentes siempre seran bienvenidas..saludos hermano un abrazo...hasta prontooooooo

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  2. Estas anecdotas siempre traeran muy gratos recuerdos

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