domingo, 13 de marzo de 2011

MARCOLINA

Nene y Tito .- los primeros de siete hermanos, por lo cercano de la edad de ambos.- apenas un año de diferencia.- compartían muchas cosas: la ropa, zapatos, juegos, juguetes, patines, …sueños, deseos, alegrías, peleas, discusiones, pescozones, cogotazos, regaños,…hasta las responsabilidades del hogar. Tanto que su abuelo Pedro les hizo un escritorio morocho. A esas edades de muchachos, de sueños y deseos compartidos, había uno que anhelaban en común,… y un día inesperadamente se les cumplió. La llegada de Marcolina a su casa representó para ellos una alegría infinita. Ella, de nombre insólito, estaba dotada de ciertos atributos originales que la hacían diferente y deseada por los demás. No se sabe con certeza quien de los dos fue el primero que estuvo íntimamente con ella. El disfrutar de su compañía era lo máximo. Salir con Marcolina a pasear por el pueblo de día o en las noches recibiendo el aire en el rostro, era fantástico; ir abrazados de compras a la bodega, era un encanto. Este amor dividido no duró eternamente porque, por ley natural, Nene y Tito querían tenerla para si. Si a ella la hubiesen puesto a escoger entre sus dos novicios y adorados amantes, posiblemente no sabría a quien elegir, entre estos ejemplares de ¨buenos muchachos¨. Al fin, lo que se esperaba venir. Llegó el amargo momento. Sabiendo ya los pretendientes de este amor imposible .- que no sabe lo que quiere, ni puede escoger.- los dos decidieron, sin peleas inútiles .- en un acuerdo tácito.- portarse con ella con una indiferencia total. Tampoco se conoce, quien de los dos fue, que la dejó al ¨descuido¨, triste y abandonada a su suerte, en una de las tantas esquinas del pueblo. Se dice que en la Bodega de los Ortiz. Allí tuvo su primera cita, convirtiéndose en Marcolina y en la hetaria del Pueblo de Arenas. Todos: muchachos, jóvenes y viejos la cojian; muchas veces, bajo la indiferente e indolente mirada de Nene y Tito, que veían como se la llevaban a cualquier parte, y después de satisfechas sus ganas, la dejaban tirada en algún recodo o lugar. ¡Como sufría la pobre!. Con el correr de los meses sus cualidades, una por una, se fueron perdiendo, como las viejas o viejos, que con los años pierden los dientes y se les deteriora la piel. Como el rosal que se marchita, perdiendo sus flores y sus hojas. y cambia de piel en el otoño, pero esta vez para no florecer. Como perfume que se difuminó en el viento para más nunca volver. La edad de la vejez también es hermosa y tiene su placer, pero no para Marcolina, que su prematura vejez se debía al maltrato, al abuso, y al descuido. Se llegó el tiempo, que perdió lo último que le quedaba: su pundonor. Todo parecía haber acabado para ella pero, tuvo un final feliz.
¡Que diferencia!, ¡No tenia comparación!, ella apareció la primera vez tan radiante, tan elegante, tan dotada y bellamente rustica, cuando el padre de Nene y Tito se las regaló aquel día. Fue una hermosa Bicicleta de reparto, full equipo, con parrillera delantera y trasera, y luces incorporadas. Ahora de ella, solo quedaba el cuadro pelado: Lo único que Nene y Tito se dignaron a rescatar. Al parecer sus esperanzas se habían perdido y,… sucedió el milagro. Un famoso corredor de Bicicletas llamado Freddy, del Pueblo de Río Arenas, se enamoró de lo único que se tenia bueno de ella, porque era un cuadro de aluminio, y se los compró a Nene y a Tito. La dotó de nuevos y renovados trajes que ya no parecía Marcolina sino mas bien .- ¿Marcolino?.No, Mis Marcolina por lo coqueta y bien arreglada que quedó. Con su alma transformada, y un diestro y mejor amante que la montara, conquistó un hermoso trofeo, en la primera competencia de ciclismos, que participó.

ESTE MICRO CUENTO SE LO DEDICO A JULIO FRANCO QUE ME PIDIO QUE LO CONTARA.

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