
Se fue otra semana santa. De santa nada como dicen en mi pueblo. La verdad que estos días de pascua mucha gente los celebra pero, poca gente, en estos tiempos, lo conmemora. En Arenas y Rio Arenas es costumbre ir para los ríos cercanos. Además de los sancohos, preparábamos dulce de mango con las pepas incluidas. El especialista en esta materia era mi amigo Alfredo.
Demasiada gente vino por estos lados. De parte de mis parientes, que es el termino adecuado, referido así en el código civil, vinieron mis hermanos Jhon de Caracas, mi sobrina Sandra, y de Maracay mi Hermano William y mi sobrina Diana. Y de la familia de Caracas, en representación de ellos, mi sobrino Tete. Compartimos en breves ocasiones porque la verdad a mi ya no me gusta salir donde está y/o se dirige la muchedumbre, sin alusiones despectivas. Eso de andar del tingo al tango ya no me cuadra. Quizás mas adelante lleguemos a una mejor coordinación. Alquilar una casa de playa con anticipación, por ejemplo, ya que tenemos las condiciones entre todos.
De todas maneras se disfruta y de estas experiencias siempre le quedan buenos cuentos a la gente. Imagínense, yo que casi no salí puedo contar.
Mi hermano William llegó a comienzos de semana santa, con la idea de buscar un carro que le compró a un amigo por allá por Puerto Ordaz y tenia que ir a buscarlo. Finalmente ayer lo fue a buscar con Antonio, quien es la pareja de mi hija Areanni. William se vino en burro y se fue esta mañana en una camionetica W.
El dia Lunes pasado ( William y Jhon habían llegado el día anterior) me desperté cerca de las 3 y media de la madrugada. Sentía extraños ruidos en la casa. Salí del cuarto con un paño amarrado a la cintura. La casa estaba a oscuras. En eso que estoy mirando hacia la puerta siento una mano que me toca el pecho. ¡AY MI MADRE!. Si, ese fue mi grito, como el de William, quien había visto mi sombra y quiso confirmar si era un ente o un humano. También el grito al unísono conmigo al tocarme: ¡CARAJO!. Estaba igualmente como yo, con un paño a la cintura. Se había levantado primero porque también sintió ruidos raros, y era el viento que soplaba fuerte. Nos fuimos acostar sin mediar mas palabras, pero con una carcajada general. Seguramente así sucedían coincidencialmente las cosas, en aquellos tiempos remotos en nuestros pueblos, y después al otro día decían los vecinos que eran los espantos.
Un día me fui a la piscina del Cumanagoto con William y la sobrina Diana. Al rato vemos llegar a mi hermano Nene, Mi sobrina Sandra y mi cuñada Leonor en compañía de su hermana. Nos dijo que tenia un Sancocho de pargo en su apartamento que en el se había quedado mi sobrino Carlos Javier. Para allá nos fuimos. ¨El que me llama no me engaña¨. Estaba descomunalmente bueno. Y no va a estar, me dijeron, si no pusiste ni medio. Después vimos una película de Almodóvar. A la noche fue cuando llegó mi sobrino Tete.
Ellos junto con mis hijos, mi nieta Hanna y mi mama, compartieron mas que conmigo. Tendrán mucho mas que contar. Salieron para Santa Cruz , playa piscina y Mochima.
El Sábado nos fuimos a celébrarle el cumple a mi hermano Richard en Arenas. Tiene un bello terrenito en las afueras de Cumanacoa donde en el pone una piscina de plástico, y la llena de agua para el disfrute de los muchachos. Lamentablemente me tuve que venir a la noche con Gledys y los deje a todos allá gozando.
Vi en esta semana santa muchas personas acá de cumana, que ponían piscina de esas en la aceras. También sancochos en las calles. Me imagino que esa gente sabe que tenemos las playas cerquita para nuestro disfrute cuando queramos.
Para culminar esta breve esquela, ayer día de resurrección, resucite unos pescados fritos que había preparado Jhon y los dejó en la Nevera. Los recalenté en el microondas con arepas de maiz. Hice una ensalada y me di un atracón. No hay nada que sepa mejor que un pescado frito y refrito.
Por la verdad murió cristo en la Cruz. 400 años antes murió otro por la verdad, cuando fue obligado a beber la cicuta.
El primero dijo: ¨Conocereis la verdad, y la verdad os hará libre¨.
El segundo dijo: Yo solo sé que no se nada¨.
Condenados a muerte por expresar y mantener los valores de su tiempo.
Demasiada gente vino por estos lados. De parte de mis parientes, que es el termino adecuado, referido así en el código civil, vinieron mis hermanos Jhon de Caracas, mi sobrina Sandra, y de Maracay mi Hermano William y mi sobrina Diana. Y de la familia de Caracas, en representación de ellos, mi sobrino Tete. Compartimos en breves ocasiones porque la verdad a mi ya no me gusta salir donde está y/o se dirige la muchedumbre, sin alusiones despectivas. Eso de andar del tingo al tango ya no me cuadra. Quizás mas adelante lleguemos a una mejor coordinación. Alquilar una casa de playa con anticipación, por ejemplo, ya que tenemos las condiciones entre todos.
De todas maneras se disfruta y de estas experiencias siempre le quedan buenos cuentos a la gente. Imagínense, yo que casi no salí puedo contar.
Mi hermano William llegó a comienzos de semana santa, con la idea de buscar un carro que le compró a un amigo por allá por Puerto Ordaz y tenia que ir a buscarlo. Finalmente ayer lo fue a buscar con Antonio, quien es la pareja de mi hija Areanni. William se vino en burro y se fue esta mañana en una camionetica W.
El dia Lunes pasado ( William y Jhon habían llegado el día anterior) me desperté cerca de las 3 y media de la madrugada. Sentía extraños ruidos en la casa. Salí del cuarto con un paño amarrado a la cintura. La casa estaba a oscuras. En eso que estoy mirando hacia la puerta siento una mano que me toca el pecho. ¡AY MI MADRE!. Si, ese fue mi grito, como el de William, quien había visto mi sombra y quiso confirmar si era un ente o un humano. También el grito al unísono conmigo al tocarme: ¡CARAJO!. Estaba igualmente como yo, con un paño a la cintura. Se había levantado primero porque también sintió ruidos raros, y era el viento que soplaba fuerte. Nos fuimos acostar sin mediar mas palabras, pero con una carcajada general. Seguramente así sucedían coincidencialmente las cosas, en aquellos tiempos remotos en nuestros pueblos, y después al otro día decían los vecinos que eran los espantos.
Un día me fui a la piscina del Cumanagoto con William y la sobrina Diana. Al rato vemos llegar a mi hermano Nene, Mi sobrina Sandra y mi cuñada Leonor en compañía de su hermana. Nos dijo que tenia un Sancocho de pargo en su apartamento que en el se había quedado mi sobrino Carlos Javier. Para allá nos fuimos. ¨El que me llama no me engaña¨. Estaba descomunalmente bueno. Y no va a estar, me dijeron, si no pusiste ni medio. Después vimos una película de Almodóvar. A la noche fue cuando llegó mi sobrino Tete.
Ellos junto con mis hijos, mi nieta Hanna y mi mama, compartieron mas que conmigo. Tendrán mucho mas que contar. Salieron para Santa Cruz , playa piscina y Mochima.
El Sábado nos fuimos a celébrarle el cumple a mi hermano Richard en Arenas. Tiene un bello terrenito en las afueras de Cumanacoa donde en el pone una piscina de plástico, y la llena de agua para el disfrute de los muchachos. Lamentablemente me tuve que venir a la noche con Gledys y los deje a todos allá gozando.
Vi en esta semana santa muchas personas acá de cumana, que ponían piscina de esas en la aceras. También sancochos en las calles. Me imagino que esa gente sabe que tenemos las playas cerquita para nuestro disfrute cuando queramos.
Para culminar esta breve esquela, ayer día de resurrección, resucite unos pescados fritos que había preparado Jhon y los dejó en la Nevera. Los recalenté en el microondas con arepas de maiz. Hice una ensalada y me di un atracón. No hay nada que sepa mejor que un pescado frito y refrito.
Por la verdad murió cristo en la Cruz. 400 años antes murió otro por la verdad, cuando fue obligado a beber la cicuta.
El primero dijo: ¨Conocereis la verdad, y la verdad os hará libre¨.
El segundo dijo: Yo solo sé que no se nada¨.
Condenados a muerte por expresar y mantener los valores de su tiempo.
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