domingo, 3 de enero de 2010

ESTA ES LA IMAGEN.













Milagrosamente volvió a la vida las posibilidades de poder anexar imagenes y otras, que estaban secuestradas, borradas, eliminadas para la publicación de entradas al blog. Quizás tambien fue mala manipulacion del que se suscribe de ustedes siempre dandole el beneficio de laduda. Pido Disculpas. Esta es la imagen. Les regalo este otro cuento.
A la bodega de Andres Zerpa se llegó un día un forastero. Un hombre alto, fornido, exhibiendo una gruesa cadena de oro y pulseras. Con el porte de pobre rico, le pidió a Andres Zerpa de una forma energica y destemplada: ¡UN REFRESCO!. Los clientes, algunos se intimidaron y otros se molestaron pero aguantaron callado. Andres Zerpa, siempre atento, le buscó un refresco de Coca Cola friito, bañado en nieve. El tipejo al instante le recriminó: ¿Yo le pedí una Coca Cola?. Andres Zerpa, con su reconocida agilidad mental, le respondio: NO, pero usted pidio un refresco. El candidato, lo miró de arriba abajo, luego se tomó la fria Coca Cola de un solo trago. Se aguantó la cabeza hasta que le paso el dolor de lo frio que se le fue a la mollera, y lanzó tremendo eructo. Seguidamente gritó grosera y destempladamente: ¡AQUI EN ESTE PUEBLO LO QUE HAY ES COBARDES Y COÑOS E MADRES!. Ramón Corioco, hombre chiquito pero fuerte, que viendo y oyendo al hombre estaba hasta la coronilla, no lo penso ni dos veces, y le soltó tremendo zarpazo al hombre. El unico golpe que tiró, porque el forastero le dio cuatro vergajazos y lo sacó a patada limpia de la bodega, y asi lo llevó hasta casa de Padre de Elianita que queda como 12 casas mas allá. Gracias a que la policia y los vecinos intervinieron no mata a Ramón Corioco. Por supuesto, a quien se llevan preso con toda su oposición, bravura y rezongadera es al forastero.
Ramón Corioco regresa a la Bodega de Andres Zerpa y le dice: ¡LO REVENTE!. ¡LO JODI!. Andres Zerpa boquiabierto le responde: ¿Como que lo jodistes?. Si te dejó vuelto trizas. Ramón Corioco, que hasta ese momento mantenia el puño cerrado, abrió la mano y le enseñó la cadena y el crucifico de oro que se habia quedado en su mano al primer zarpazo y le ripostó: ¡ LO REVENTE O NO LO REVENTE!.
Si, yo aspiro a que los reyes Magos, nos ayuden a tener un año mejor.

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