
Muchas veces, paseando por el ¨centro ¨de Cumaná, me encuentro con coterraneos de Arenas y Rio Arenas. En días recientes con Adolfo Soledad, ... con Nolasquito,... con Gorgina Gerardino,... y esos encuentros son efusivos; nos reconocemos como hermanos.
Punto y aparte, aprovecho para fotografiar con mi celular cosas que me parecen notorias de reseñar. En mis andanzas por la ciudad de Cumana, pasé por una redoma donde se coloca un vendedor de pinturas al oleo. Lo que llamamos por costumbre ¨cuadros¨. Entre las obras que expone a la venta, está este cuadro de uno de nuestros heroes patrios. No pregunté, pero supongo, como muchos, que debe ser del padre de la Patria, el Libertador Simón Bolivar. Tantos rostros que se han pintado del libertador, que ya uno se forma una idea de su fisionomia que posiblemente no es la su imagen real.
Ustedes diran que tengo una fijacion con mi progenitor, pero les cuento que a mi esta representación de su cara se me parece a la de mi padre. No es broma, por si acaso, aunque por dentro no dejo de sonreirme.
“Tengamos una conducta recta y dejemos al tiempo hacer prodigios”, recomendaba, sabio al fin, nuestro Libertador al general Tomás de Heres el 20 de abril de 1825: devenir ineludible que premia a quienes se mantienen firmes en los principios y en la justicia universal.
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