lunes, 19 de octubre de 2009

POLLO GUISADO A LA EULOGIO.

Eulogio guisaba un pollo que aquello daba gusto. Nos íbamos pal río con el, y lo dejábamos que se encargara prácticamente de todo. Estos eran sus ingredientes:

· Uno o dos pollos grandes, de dos kilos y medio aproximadamente cada uno.
· Sal
· Ají dulce.
· Un pimentón
· Tres tomates
· Dos cebollas grandes
· color
· Orégano
· Pimienta.
· ajo
· Spaguetti
· Y… ¡bastante pan, casabe y caña pa´ chupar!.


Nuestro único trabajo consistía en ayudarlo hacer el fuego con leña que recogíamos del lugar, colocándola en tres piedras, y calentar el agua en un canarín. El le daba muerte a los pollos, nosotros los pelábamos después de sumergirlos en el agua caliente, y el se encargaba de despresarlos. Lo ayudábamos a pelar el guiso. Hasta allí nuestra colaboración. El resto, nos dedicábamos a bañarnos,... a gozar mientras Eulogio se encargaba del guisado.
La forma de preparación:

Eulogio ponía a sancochar los pollos. Le echaba el guiso, orégano, pimienta, color, ajo y sal juntos. A medida que el pollo avanzaba en su cocción, pelaba bastante caña y nos daba a chupar. ¡QUE RICO!. Y chupulún, pá la poza. Luego, nos invitaba a probar el guisado que ya le había echado por ultimo el spaguetti y estaban casi al dente. Nos ponía la bolsa de pan y el casabe. Comenzábamos a mojarlo en el caldo que Eulogio sacaba previamente en platos para que lo desgustaramos. ¡QUE DELICIA!. Y ya barrigones,... chupulún, otra vez pa´ la poza.
Cuando el guisado estaba, Eulogio tenia el tupe de volvernos a llamar por ultima vez, … pero que tristeza (¡sinff!), todos estábamos empachados,… embuchados de chupar caña, de casabe y pan mojadito en la salsa y el caldito. Apenas si sentíamos ganas de probar la comida que de verdad siempre quedaba sabrosa.
Entonces Eulogio, se daba con todo lujo un buen baño, y después se sentaba fresquecito con el canarín a la orilla del rio, a darse un tremendo atracón.
Nosotros cariacontecidos, con los dedos arrugados, y tiritando de frío, veíamos que la estrategia de Eulogio, una vez más, había funcionado: Nos embasuraba para despues tragársela toda.
¡VON APETIT MI RECORDADO AMIGO EULOGIO!.

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