En nuestros tiempos juveniles, la bicicleta significó mucho para nosotros. Hoy día sigue vigente su importancia. Fue la bicicleta, además de medio de trasporte para tantos, y herramienta de trabajo para otros, una de las mas notables formas de divertirnos en la infancia y juventud. Paseábamos en ellas por los pueblos,... carreteras. A veces solos. A veces en grupos.
Recuerdo bien a Juan Lucart que era experto en arreglar Bicicletas y cuadrar los rayos de los rines para que quedaran balanceados y alineados.
Mi hermano Nene y yo, soñábamos con tener una bicicleta. Con el cuento que con ella podíamos hacer los mandados mas rápidos ( la bodega de los Ortiz quedaba a cien metros) y quien sabe que otras diligencias, se la pedimos de regalo a nuestro padre. No era fácil pedirle algo a el. Ya la gravedad de su cara, cuando queríamos algo, era un anuncio de lo frustrado de nuestras peticiones. Pero, sin embargo mi padre accedió y nos regalo una bicicleta para los dos. Sufrimos al verla de un extraño malestar en el estomago porque queríamos una para cada uno.
La otra sorpresa es que la bicicleta que nos regaló nuestro querido padre no era una bicicleta cualquiera. No!,... era de reparto. Mi padre pues se ajustó y entendió a su modo nuestro requerimiento. La bicicleta traía un cesta, una parrilla, y un foco (tenia luz) full equipo, pero no era la bicicleta de paseo soñada por nosotros. Claro, nuestro padre se fue a los mas practico y económico de nuestra solicitud.
El primer peo que nos ganamos fue cuando le quitamos la cesta, con ideas de irla transformando poco a poco. Después vino la parrilla y luego la pintura,... hasta que no pudimos cambiarle mas cosas.
Disfrutamos mucho tiempo nuestra bicicleta, hasta que un día comenzamos a pelear por su uso. Nene se perdía con frecuencia para Rio Arenas a visitar a una princesa de la que estaba enamorado. Cuando yo la agarraba (la bicicleta) tambien me desaparecía largas horas con ella. Llegó el momento que los dos ya no soportábamos y en vez de buscar definir una mejor solución,... no se sabe ni que día , ni como, ni porque, ni cuando, la abandonamos y la echamos al olvido. Marcolina que así comenzó a llamarla la gente del pueblo amanecía en cualquier esquina. Llego a convertirse en el uso cotidiano de los pobladores bajo nuestra mirada indolente, y ante sus suplicas de rescate. Hasta que llegó el dia que le comenzaron a faltar los cauchos,... el manubrio, la cadena, frenos,... y asi fue fugandose por partes Marcolina, quedando un día tirada, la pobre, en la plaza, solamente con el cuadro pelado. Parecía que le había llegado la triste hora. Recuperamos el cuadro. Llegamos a la casa, y no habíamos tenido tiempo ni de pensar, que podíamos hacer con la parte mas importante de la bicicleta, como lo es el cuadro, cuando se nos apareció un corredor de bicicletas, en su tiempo famoso, llamado Freddy, natural de Rio Arenas. Quería el cuadro y se lo regalamos. Freddy armó con ella una de sus bicicletas de carrera. Lo que nos alegró y nos honró fue el final feliz, cuando Freddy llegó a ganar en una competencia uno de sus muchos trofeos, montando a Marcolina. ¡UN HURRA POR MARCOLINA!.¡,...Y POR FREDDY!.
Recuerdo bien a Juan Lucart que era experto en arreglar Bicicletas y cuadrar los rayos de los rines para que quedaran balanceados y alineados.
Mi hermano Nene y yo, soñábamos con tener una bicicleta. Con el cuento que con ella podíamos hacer los mandados mas rápidos ( la bodega de los Ortiz quedaba a cien metros) y quien sabe que otras diligencias, se la pedimos de regalo a nuestro padre. No era fácil pedirle algo a el. Ya la gravedad de su cara, cuando queríamos algo, era un anuncio de lo frustrado de nuestras peticiones. Pero, sin embargo mi padre accedió y nos regalo una bicicleta para los dos. Sufrimos al verla de un extraño malestar en el estomago porque queríamos una para cada uno.
La otra sorpresa es que la bicicleta que nos regaló nuestro querido padre no era una bicicleta cualquiera. No!,... era de reparto. Mi padre pues se ajustó y entendió a su modo nuestro requerimiento. La bicicleta traía un cesta, una parrilla, y un foco (tenia luz) full equipo, pero no era la bicicleta de paseo soñada por nosotros. Claro, nuestro padre se fue a los mas practico y económico de nuestra solicitud.
El primer peo que nos ganamos fue cuando le quitamos la cesta, con ideas de irla transformando poco a poco. Después vino la parrilla y luego la pintura,... hasta que no pudimos cambiarle mas cosas.
Disfrutamos mucho tiempo nuestra bicicleta, hasta que un día comenzamos a pelear por su uso. Nene se perdía con frecuencia para Rio Arenas a visitar a una princesa de la que estaba enamorado. Cuando yo la agarraba (la bicicleta) tambien me desaparecía largas horas con ella. Llegó el momento que los dos ya no soportábamos y en vez de buscar definir una mejor solución,... no se sabe ni que día , ni como, ni porque, ni cuando, la abandonamos y la echamos al olvido. Marcolina que así comenzó a llamarla la gente del pueblo amanecía en cualquier esquina. Llego a convertirse en el uso cotidiano de los pobladores bajo nuestra mirada indolente, y ante sus suplicas de rescate. Hasta que llegó el dia que le comenzaron a faltar los cauchos,... el manubrio, la cadena, frenos,... y asi fue fugandose por partes Marcolina, quedando un día tirada, la pobre, en la plaza, solamente con el cuadro pelado. Parecía que le había llegado la triste hora. Recuperamos el cuadro. Llegamos a la casa, y no habíamos tenido tiempo ni de pensar, que podíamos hacer con la parte mas importante de la bicicleta, como lo es el cuadro, cuando se nos apareció un corredor de bicicletas, en su tiempo famoso, llamado Freddy, natural de Rio Arenas. Quería el cuadro y se lo regalamos. Freddy armó con ella una de sus bicicletas de carrera. Lo que nos alegró y nos honró fue el final feliz, cuando Freddy llegó a ganar en una competencia uno de sus muchos trofeos, montando a Marcolina. ¡UN HURRA POR MARCOLINA!.¡,...Y POR FREDDY!.
Definitivamente, nuestro Padre, nos "envainó" regalandonos una bicicleta para ambos, y que conste no era socialista, un poco pichirrón si!! Pero también es justo decirlo, como disfrutamos esa bicicleta, con mayor equilibrio y objetividad debería decir: Como disfruté de Marcolina. Desde el Paseo por todo el pueblo y sus mas distantes confines, las visitas a la Princesa de mis sueños (Tito dixit) hasta las temerarias excursiones a Cumanacoa, Aricagua, San Lorenzo....en síntesis hizo posible mayor autonomía y mejor exploraión del pueblo y sus confines.
ResponderEliminarclpg2009
ja ja ja que buena suerte la de marcolina, yo recuerdo a marcolina cuando nene se paseaba por Rio Arenas para ver a su princesa
ResponderEliminarNorkys Marquez Barreto
Gracias Norkys, me quitas una preocupación porque según la destinataria de mis viajes y paseos, eso es pura imaginación mía!!! jajajajaja Saludos!!!
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